El recorrido
7:30h am
Para ese momento, todos los corredores que deseen participar en el acto más representativo de las fiestas de San Fermín deberán estar en el interior de un recorrido por el que, a partir de las ocho en punto, transitarán los seis toros que serán lidiados por la tarde. Antes de que tenga lugar el encierro propiamente dicho, que se celebra todas las mañanas del 7 al 14 de julio, los corredores habrán dedicado tres cánticos a San Fermín (7:55h, 7:57h y 7:59h) ante una hornacina colocada en el mural de la cuesta de Santo Domingo y adornada con un panel que porta los pañuelos de las peñas.
El canto a San Fermín, todo un ritual entre los participantes en el encierro, reza lo siguiente: A San Fermín pedimos, por ser nuestro patrón, nos guíe en el encierro, dándonos su bendición. Los mozos –periódico en mano- finalizan cada uno de los tres cánticos con un sentido ¡Viva San Fermín! ¡Gora San Fermín!
Conforme se acerca la hora, los nervios se incrementan a lo largo de los 848,6 metros de trazado que componen la carrera. Un primer cohete anuncia la salida de la manada y, por tanto, el inicio del encierro. El segundo disparo confirma que todo el ganado se encuentra fuera de los corrales de Santo Domingo. Desde ese instante, la tensión, el peligro y la incertidumbre recorrerán las calles del Casco Viejo pamplonés.
CUESTA SANTO DOMINGO
Se trata del primero de los tramos. Con un desnivel del seis por ciento, sus cerca de 280 metros finalizan con la entrada a la plaza del Ayuntamiento. Está considerada una de las zonas más violentas y arriesgadas del encierro, puesto que los toros salen hermanados, con mucha fuerza del corral y acometen a gran velocidad estos metros iniciales.
Por este motivo, la rapidez y la agilidad en las piernas, así como recibir a la manada en carrera, son aspectos que hay que tener en cuenta para no ser arrollado por las reses
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PLAZA DEL AYUNTAMIENTO
Los astados mantienen todavía la fuerza del inicio de carrera, aunque ven frenada su velocidad con el primer giro del trazado. Es uno de los lugares más amplios del recorrido, por lo que los corredores pueden abrirse en abanico y evitar las embestidas de los animales. La presencia del vallado sirve como refugio a los mozos y reduce en gran medida el peligro.
MERCADERES
Una de las zonas donde más empujan las reses a los corredores. La vista de cada uno juega un papel fundamental. En un primer momento, parece que se puede llegar a templar la carrera, pero los toros tienen todavía mucha fuerza y velocidad y resultan muy difíciles de controlar. Pese a ser en línea recta prácticamente en su totalidad, este tramo finaliza en un giro de noventa grados que da entrada a la calle Estafeta. Este ángulo recto, conocido como la curva de Mercaderes, está plagado de peligros, ya que toros y corredores suelen resbalar y caen al suelo. Los astados chocan bruscamente contra el vallado, por lo que la manada acostumbra a dividirse antes de afrontar los más de 300 metros de la calle Estafeta. Para no quedar atrapado, los expertos aconsejan tomar la curva por el ángulo corto.
CALLE ESTAFETA
Es el tramo más emblemático e histórico del encierro. Con una ligera pendiente ascendente del dos por ciento, su estrechez, su largura y el hecho de que la manada se encuentre ya algo más fatigada provocan las carreras de más duración delante de las astas. La masificación y la partición de la manada son los mayores peligros de esta parte del trazado. En él, los corredores deberán tener muy claro cuál es el momento idóneo para buscar su hueco al frente de los astados, siempre y cuando respeten al resto de mozos.
TELEFÓNICA
El cansancio de las reses queda patente en esta zona, lo que favorece la partición de la manada y la presencia de toros sueltos. Por ello, corredores experimentados deberán emplearse a fondo para reconducir a los animales hasta el ruedo sin perder de vista a mozos inexpertos que acrecentan el peligro del encierro. La lucha por conseguir un lugar de privilegio delante de los toros es atroz, por lo que la fortaleza física juega un papel relevante.
CALLEJÓN
Lugar en el que se han vivido varios de los momentos más peligrosos de la carrera. Las caídas de los mozos y la falta de vías de escape, solucionada en parte con los huecos inferiores de las paredes, han provocado numerosos montones humanos que han derivado en escenas realmente angustiosas.
PLAZA DE TOROS
Los corredores deben abrirse en abanico y buscar el amparo del burladero a ambos lados de la plaza nada más pasar el callejón, ponerse a salvo y dejar el hueco libre para la llegada de nuevos mozos. Nunca se debe correr hacia el centro del coso, ya que, además de entorpecer la labor de los cabestros y dobladores, uno puede quedarse desprotegido ante los astados. La carrera finaliza con la entrada de todas las reses en toriles, momento que se anuncia con el lanzamiento de un nuevo cohete.